Fotovoltaica, geotermia y eficiencia energética sostienen las necesidades eléctricas al 100% del edificio Bullitt Center, ubicado en la ciudad de Seattle, lo que lo convierte en único en su tipo. El proceso de su realización también ha marcado paradigmas en términos de criterios ambientales.
El inmueble, un edificio de oficinas de 50.000 metros cuadrados erigido en el 1501 Este de la calle Madison, en el barrio de Capitol Hill, es un proyecto realizado por Denis Hayes, impulsor del Día de la Tierra -el 22 de abril, el día de este año que fue inaugurado- y director ejecutivo de la Fundación Bullitt, organización que aportó el total del dinero requerido para su construcción, estimado en 18,5 millones de dólares, según algunas fuentes un 20% más cara que lo que se destina a un edificio convencional.
La construcción de cinco plantas, incluida la baja, y alrededor de sesenta metros de altura, tiene una estructura de acero y madera, este último elemento que no se utilizaba en la ciudad, la más grande del estado de Washington,para edificios de mediana altura desde 1920.
En la terraza, sobresaliendo de sus límites, está instalado el sistema fotovoltaico, con capacidad para producir por año cerca de 230.000 kWh, suficientes para la demanda eléctrica del edificio, que por su configuración es un 83% más eficiente energéticamente que un edificio comercial similar.
Entre los elementos de eficiencia energética destacables están las ventanas de 10 metros de altura, que permiten maximizar la utilización de la luz diurna, y que además poseen un sistema que los hace abrir y cerrar según la temperatura existente.
También posee sistemas de recolección pluvial y de administración inteligente del agua, y diversos elementos que permiten monitorear en tiempo real la calidad del aire en el interior del edificio, los niveles de agua, el consumo de energía y la producción de energía fotovoltaica. Incluso, cuenta con códigos distribuidos en la instalación que a través de smartphones permite a los visitantes saber más acerca de los elementos que constituyen la construcción y la idea que la impulsa.
En ese sentido, el proyecto liderado por la Fundación Bullitt busca estimular la conciencia medioambiental, con la esperanza de demostrar que un espacio de oficinas neutral en carbono puede ser comercialmente viable y estéticamente agradable, al mismo tiempo que no ser oneroso para quienes lo utilizan.
Según sostiene Denis Hayes, si el edificio sigue siendo el de mayor eficiencia en su clase dentro de 10 años, el experimento habrá fracasado.
Mas información: bullittcenter.org
Fuente: energias-renovables.com